viernes, 4 de marzo de 2011

Yo no pago. Desobediencia civil pacífica.



Hay una expresión que dice: "o nos calentamos todos... o le pegamos una patada al brasero".

Cuando uno escucha esta frase inmediatamente entiende que en determinadas situaciones es preferible provocar el conflicto, aún a riesgo de perder lo poco que se tiene, que no hacer nada para terminar con los privilegios de unos pocos.

Leo en algunos blogs (aquí la prensa tradicional se cuida mucho de no tratarlo en profundidad, no vaya a ser que cunda el ejemplo) que los griegos se están movilizando eficazmente en un movimiento de desobediencia civil que empieza a preocupar seriamente al Gobierno (a los que conservan privilegios para calentarse en el brasero).

Bajo el lema 'Den Pliróno' (Yo no pago), los ciudadanos griegos han decidido rebelarse porque están hartos de ser ellos los que tengan que pagar la crisis en la que Gobiernos, políticos y banqueros les han metido irresponsablemente.

Lo que empezó siendo un movimiento local, por las malas infraestructuras del transporte, se está convirtiendo en un fenómeno que afecta a otros sectores y significa un "no" contundente a los compromisos financieros.

Los activistas de este movimiento reconocen abiertamente y animan a otros usuarios a viajar sin billete, taponan las máquinas expendedoras, levantan las barreras de los peajes y hacer cuanto este en su mano para que la gente no pague.

El intercambio de billetes se está convirtiendo en una practica habitual (me encantaría que eso ocurriera aquí), algunos médicos reaccionaron al incremento previsto de la participación económica de los ciudadanos instando a no pagar, y el asunto se ha extendido a otros servicios públicos.

Reconozco que desde una perspectiva institucional, todas esas medidas parecen locas y contribuyen al empobrecimiento del estado, pero los griegos no pueden más. Por supuesto que la ciudadanía tiene que financiar los recursos que utiliza, pero en el traslado a los ciudadanos de ese coste no puede estar incluida la parte de lo que unos cuantos robaron a manos llenas.

Ha llegado el momento de darle una patada al brasero. Total..., ahora mismo no podemos calentarnos.

Frente a la injusticia, desobediencia civil pacífica.

Más información en "L´Humanité"
Fotografiás de la plataforma "Den Pliróno"

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