Hay gestos que trascienden y lo cambian todo, incluso la vida de sus propios protagonistas.
Eso le paso a los tres hombres de la fotografía. Ese gesto les costaría la critica despiadada de muchos de sus compatriotas, la expulsión inmediata de los juegos y el final abrupto de sus carreras deportivas.
Perseguidos e incluso amenazados de muerte, a ninguno se le permitiría volver a correr representando a su país. Un gesto que marcaría sus vidas para siempre.
En la final de los 200 metros lisos de las Olimpiadas de México de 1968, Tommie Smith establece un un récord mundial y consigue el oro (19.83 segundos), el australiano Peter Norman logra la plata y el estadounidense John Carlos el bronce
En la ceremonia de entrega de medallas los tres deportistas logran, sin decir una sola palabra, que por unos minutos el mundo entero tome consciencia del problema de la discriminación racial (no olvidemos que el australiano también apoyaría a sus compañeros llevando un pañuelo negro)
A pesar del cinismo del Comité Olímpico para justificar las medidas tomadas (no fueron tan estrictos en las Olimpiadas de Berlín) el gesto de estos atletas paso a la historia.
Lo mejor del espíritu olímpico está sin duda en los puños alzados de estos hombres, está en el gesto silencioso pero imposible de acallar, está en el altruismo y valentía que demostraron.
La imagen lo dice todo y pone los pelos de punta...
Saludo del poder negro. Wikipedia
El Black Power en México 68. Sobre Fotos
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