Tengo que aprender a tomarme las cosas de otra manera, a no encenderme de la forma que lo hago e intentar ser más comprensivo con los que mantienen posturas que no comparto en absoluto.
La cuestión es que puedo entender, haciendo un ejercicio férreo de voluntad intelectual, la defensa de la reforma laboral que hacen los empresarios y aquellos que gozan de una situación económica privilegiada a costa de los trabajadores, ya que ello redunda de alguna forma en el mantenimiento de sus privilegios. Serían tontos si no lo hicieran.
Lo que me resulta incomprensible y ataca mis nervios es que lo hagan, asuman e ignoren, aquellos que están en la cuerda floja, trabajadores que están mal pagados, explotados y a los que se les ha pisoteado todos sus derechos.
Me indigna ver como algunos no quieren pensar ni saber y están dispuestos a hacer todo lo que se les diga con el vano convencimiento de que así se salvarán.
La historia de la humanidad esta plagada de ejemplos en los que ese sometimiento sólo ha servido para caer más y más bajo. Lo que no entienden estas personas es que ya están condenadas y se ha firmado su sentencia de muerte.
Sí, tengo que aprender a tomarme las cosas de otra manera...
Os dejo un texto de Rebelión que contesta a la mayoría de las cuestiones que se plantean los que no apoyan la huelga, merece la pena leerlo aunque sólo sea para ratificarse en la posición que cada uno tenga.
La foto no sé de quien es, cuando quise anotar su lugar de procedencia había perdido la página, espero que el autor me disculpe.
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