En los últimos años el lobby nuclear estaba consiguiendo hacer virar a la opinión pública a favor de la opción nuclear como la única alternativa posible a la dependencia del petróleo. La industria nuclear se empeña en convencernos de que accidentes como los de Chernóbil no pueden ocurrir en los reactores modernos y que la energía nuclear no es peligrosa.
Sin embargo la realidad es siempre tozuda y demuestra que la energía nuclear no escapa a los errores humanos o desastres naturales. Los terribles sucesos que en estos mismos momentos están ocurriendo en Japón hablan por si solos. El primer ministro japonés Naoto Kan asegura que el país afronta "la crisis más grave desde la II Guerra Mundial" Los nucleos 1 y 3 de la central nuclear de Fukushima se están fundiendo y el reactor de la planta de Tokai, a 120 kilómetros de Tokio, corre la misma suerte (El País). Todo esto después del catastrófico terremoto y un devastador tsunami ¿cuantos muertos? ¿cuantos desaparecidos? ¿cuantos dramas personales?
Desconfío profundamente de los que defienden la energía nuclear, sus argumentos son siempre simplistas, y se agotan fugazmente en la lógica de un capitalismo imperialista y de un esquema piramidal que favorece a las élites. No es una cuestión de decisiones técnicas o de relación “coste/beneficio”. El "no" contundente a la energía nuclear es una crítica al sistema en su totalidad, a la tiranía y dictadura del dinero, a un sistema económico y modelo productivo que cree poder explotar sin límite la naturaleza y, en consecuencia al ser humano.
Si no cambiamos profundamente, si no abandonamos el actual capitalismo basado en el saqueo, en la acumulación y el poder en manos de unos pocos, si no somos capaces de establecer sistemas económicos fiables, seguros y perdurables en el tiempo, no podremos salir de esta carrera descontrolada hacia la catástrofe.
La industria nuclear está en las antípodas del progreso, como dice David Watson (activista vinculado a la revista libertaria norteamericana Fifth Estate) "La oposición a lo nuclear debe finalmente terminar ligada a la abolición de los ejércitos, los estados y los imperios rivales que lo controlan"
Más información en la web de la organización ecologista Greenpeace y "Seis tesis sobre la energía nuclear" de David Watson
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