Me entero de que Coca-Cola ha celebrado el Primer Congreso Internacional de la felicidad. Me he quedado absolutamente perplejo...
Esta monstruosa corporación, acusada de todo tipo de crímenes, tales como; apropiarse y contaminar el agua en muchas partes del mundo para luego venderla a precios escandalosos, estar ligada a asesinatos, torturas, desapariciones y amenazas de muerte a sindicalistas, violar sistemáticamente los derechos humanos de los trabajadores de sus embotelladoras, financiar ejércitos y grupos paramilitares para que defiendan sus intereses y un larguísimo etc., se permite el lujo de darnos lecciones de felicidad.
Me pregunto como podrán dormir los expertos de marketing que han ideado dicha campaña, que han creado semejante pirueta, un doble salto mortal disfrazado de seminario (con el respetable Punset a la cabeza) para que creamos que Coca-Cola está trabajando seriamente por la felicidad, me entran ganas de vomitar!!
Leo en diferentes blog de marketing, el mismo discurso machacón de los últimos años sobre esta nueva manera de entender la relación entre marca y consumidor. El marketing tradicional surge de sus cenizas y nos dice que ahora el dialogo es de tú a tú, las marcas son nuestras amigas y una nueva era de felicidad y equidistancia se despliega ante nuestros ojos.
Sin embargo en lo esencial muy pocas cosas han cambiado, la lógica criminal de las trasnacionales no ha variado un milímetro y el objetivo sigue siendo exactamente el mismo, ¿cómo podría ser de otra manera en este capitalismo salvaje?
Los expertos lo saben bien, por eso son cómplices, por eso y porque jamas traicionarían la mano que les da de comer.
La ilustración es del polémico Carlos Latuff
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