Una vez más se está produciendo ante nuestros ojos una catástrofe ambiental de gravísimas e imprevisibles consecuencias. Nuestra dependencia del petróleo y de los combustibles fósiles nos lleva a esta situación. Como en otras muchas ocasiones ponemos en riesgo una de las zonas del planeta de mayor diversidad de aves migratorias junto a cinco millones de acres de humedales de altísimo valor ecológico.
Todo parece indicar que los criterios de productividad se han antepuesto a los de seguridad. Una historia que se repite machaconamente una y otra vez y en la que nos jugamos mucho más de lo que nos creemos.
Me pregunto a mi mismo, te pregunto a tí ¿qué estoy dispuesto a hacer? ¿qué estás dispuesto a hacer?
Las fotos, los argumentos.
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